Este 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua, en el marco de concientizar a la población sobre la importancia de este vital recurso, además de invitar a la reflexión sobre la necesidad de adoptar prácticas que permitan preservarla para las futuras generaciones.
En marco de la equidad y acceso al agua, los esfuerzos apuntan al objetivo de desarrollo sostenible Nº6: “Agua limpia y saneamiento”, en donde se busca garantizar el acceso al agua para toda la población de aquí al 2030, meta que se relaciona directamente con otros objetivos, como reducción de la pobreza, seguridad alimentaria y paz, mejorando la calidad de vida de las personas, considerando que actualmente existen racionamientos del agua e incluso acceso nulo.
Los principales desafíos se enmarcan en mejorar la gestión que actualmente es deficiente a la hora de sancionar a los infractores de prácticas irregulares, y a presentar propuestas para mitigar los efectos del cambio climático, que se producen por la acción humana sobre el recurso agua, afectando a los sectores más vulnerables de la población.
Chile no está ajeno a esta problemática, ya que los efectos de los fenómenos climáticos que se han hecho presentes este último año evidencian los estragos futuros que pueden presentarse entorno al acceso al agua. Por lo cual la normativa juega un rol fundamental para monitorear prácticas que pueden causar efectos irreparables en el normal ciclo hidrológico.
En este caso se puede mencionar la Ley 21.586 del Ministerio de Obras Públicas, o Código de Aguas, que, en sus últimas modificaciones, gestiona el cuidado del recurso, como la gestión hídrica, protección de humedales y el papel de la Dirección General de Aguas (DGA). Pero aún falta mucho a nivel país para monitorear y preservarlo.
Sumado a lo anterior, aunque cueste creer, las acciones como ciudadanos puede contribuir en algún porcentaje a preservar la disponibilidad hídrica, ya que según datos de las Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), una persona en promedio gasta al día 170 litros de agua, dato que no es menor considerando la cantidad de personas en cada familia, por lo cual se describen acciones que desde los hogares se pueden ejecutar:
La educación en nuestros hogares juega un rol fundamental, sobre todo en las nuevas generaciones, ya que ser conscientes del entorno y los recursos que tenemos disponibles permite formar personas íntegras que en su diario vivir ejecuten acciones amigables con el medio ambiente, porque con el cuidado del agua, ¡cada gota cuenta!
Escrita por: Marcela Nuñez Castro, docente jornada completa IACC de la Escuela de Procesos Industriales, Ingeniera Ambiental.
