En el Día Mundial del Agua, vale la pena reflexionar sobre la gran crisis climática que nos está afectando, una de las más importantes de los últimos años. Es sabido que uno de los recursos perjudicados es el hídrico, a tal punto que -en Chile- hay localidades que deben abastecerse por medio de camiones aljibes, viéndose obligadas al racionamiento continuo, situación que, desde un punto de vista humanitario, es sumamente negativa y debiese encender las alarmas.
Según la Dirección General de Aguas (DGA), en el primer trimestre del 2022, más del 50% de las regiones se encontraban bajo escasez hídrica, lo cual se logró aminorar con las lluvias que dejó el pasado invierno. Sin embargo, esto no pudo contra la decena de años que llevamos en constante ausencia de precipitaciones.
Existen especulaciones sobre cuál corriente oceánica se hará presente este invierno. Si llegase a manifestarse el fenómeno del “Niño”, caracterizado por un incremento de las lluvias, podría existir una contribución respecto a un mayor grado de precipitaciones. Sin embargo, su llegada estaría estimada para finales de la estación, lo cual -si bien es un aporte- no sería suficiente para la necesidad hídrica vigente.